Con frecuencia, los recubrimientos aplicados a estructuras expuestas a la atmósfera experimentan fallos prematuros debidos a la falta de precaución en cuanto al diseño estructural o a factores metalmecánicos, desde el punto de vista de protección contra la corrosión.
Es muy común que el responsable del diseño o de la supervisión durante la construcción metalmecánica no repare en las zonas más críticas y vulnerables durante la vida en servicio de la estructura, por ello si la protección anticorrosiva se inicia en la ingeniería del proyecto, la responsabilidad en cuanto a la calidad de la fabricación metalmecánica estará en manos del constructor.
Al deterioro de la pintura se continúa con la corrosión del metal base, por lo que la estabilidad mecánica de una estructura con problemas de fabricación en lo referente al riesgo por el ataque corrosivo, puede verse seriamente comprometida...